Pasar
de la euforia a la depresión
Es
fácil pasar de la euforia a la depresión o de la alegría
a la tristeza. Lo ideal es tener un estado interior de
felicidad, de regocijo. Esto último es producto de una
confianza y seguridad en sí mismo, de un buen "autoconcepto"
como dice Carl Rogers.
Es
fácil tener una tendencia a concentrarse en los
defectos y en los errores cometidos durante la vida. A
esto puede sumarse la predisposición a notar lo que
falta, lo que no se ha conseguido y las metas no
logradas. Esta actitud conduce a un bajo autoconcepto y
muchas veces, a la depresión. La persona se expresa en
el mundo con un dejo de tristeza. Una persona así no
consigue relaciones exitosas en su vida.
Por
el contrario, quien es feliz consigo mismo, tiene este
gozo interno, irradia confianza, seguridad y positividad.
Quizás no tenga muchas euforias, pero tampoco muchas
depresiones. Es un estado más permanente de ser. Tú
tendrás más éxito, más amigos y más conocidos si
tienes este gozo.
¿Y
cómo lograrlo? Contando tus bendiciones. Confecciona
una lista de tus virtudes y cualidades. Atesora tus
buenos recuerdos. Realiza un inventario de tus
conocimientos y experiencias positivas. Aprecia lo que
tienes: estás vivo y, si miras a tu alrededor, tienes a
quien amar.
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