La forma latina de este nombre es In-gratia, y hace
referencia a uno de los más importantes misterios de la doctrina cristiana: el de la
Gracia (opuesto a culpa y a pecado). De ahí la expresión "estar en gracia de
Dios". Según esta doctrina, Dios es el que tiene todo el mérito en la virtud
humana. Si no fuese por la gracia de Dios, el hombre nunca podría salir del pecado,
porque la naturaleza le inclina a él, y es Dios quien le inclina a la virtud. En el
nombre de Engracia se expresa que quien lo lleva, goza de la gracia de Dios.
Santa Engracia virgen y mártir nació en Braga
(antiguamente Bracara), Portugal, en el seno de una familia cristiana. Cuando llegó a la
edad núbil fue pedida en matrimonio por un jefe militar de la Galia Narbonense. Era
preciso, pues, que se trasladasea Narbona para celebrar los desposorios. Su padre la
confió a Lupercio, tío de la santa, para que con dieciséis caballeros más y una
criada, la condujera a reunirse con su futuro esposo. Durante el viaje pudo comprobar que
en las grandes ciudades se había desencadenado un violenta persecución contra los
cristianos. No pudo sufrirlo Engracia, y al llegar a Zaragoza se enfrentó con Daciano y
le explicó que era intolerable e inhumano lo que estaba haciendo con los cristianos. Que
eso no era gobernar un pueblo, sino masacrarlo. Entendiendo por estas palabras Daciano que
Engracia era también cristiana, la encarceló, y con ella a otros muchos. Fue sometida a
cruel martirio: le sacaron el hígado y le cortaron un pecho, de manera que se le veía el
corazón. Luego la llevaron a rastras y para rematarla le atravesaron la cabeza con un
clavo. Los dieciséis caballeros y la criada que formaban su comitiva fueron decapitados.
En Zaragoza se edificó una cripta para albergar el sepulcro de la santa, y sobre ella una
iglesia. El martirio de santa Engracia adquirió una especial relevancia al estar inscrito
en el contexto de los que la tradición llamó los Innumerables Mártires de Zaragoza.
Los Innumerables Mártires de Zaragoza fueron llamados
así porque en torno de los textos litúrgicos de esta celebración se abrió paso la
leyenda de que Daciano había hecho matar a toda la comunidad cristiana de Zaragoza. El
poeta Prudencio nos da la relación de 18 de estos mártires en el himno IV del Peristéfanon:
Evodio, Quintiliano, Casiano, Félix, Luperco, Januario, Julio, Urbano, Apodemio,
Primitivo, Optato, Publio, Ceciliano, Succeso, Matutino, Fausto, Frontón y Marcial. Todos
ellos eran venerados en la iglesia de santa Engracia. En 1389 fueron descubiertos sus
sepulcros. Junto a ellos se incluyó también a Lamberto, al que un breviario de Zaragoza
hace mártir bajo Diocleciano. La fiesta de los Innumerables mártires de Zaragoza se
celebra el 3 de noviembre, fecha que quiere recordar la reconciliación católica de la
iglesia de las Santas Masas, el año 592, después de la dominación arriana, en la época
visigoda, antes de la conversión de éstos al catolicismo.
Las Engracias celebran su onomástica el 16 de abril en
Zaragoza, el 26 de octubre en Segovia y el 13 de febrero en Badajoz. En estas tres
poblaciones está este nombre bien arraigado y apreciado en todo lo que vale.
¡Felicidades!