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REPORTAJES |
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Los Pirineos Atlánticos de Navarra,
limitan al Oeste con Guipuzcoa y al Norte con Francia y se les
conoce también con el sobrenombre de la Navarra húmeda por sus
valles siempre verdes y sus bosques frondosos.
El Valle de Baztan se encuentra al este de esta zona de los Pirineos navarros, rodeado de montañas y salpicado de pequeños pueblos que combinan armonicamente lo señorial con lo popular reflejandolo en sus casas torre, palacios y caseríos con tejados a dos aguas y grandes aleros que protegen los balcones de madera de las fachadas. Pero, sin duda, una de las singularidades del valle es la gran cantidad de torres medievales de linaje y palacios renacentistas y barrocos que fueron levantadas por indianos o servidores de la corte de Madrid que alcanzaron un título nobiliario. |
Entrando al valle por el sur, el primer pueblo baztanés es Almandoz aunque para contemplar una hermosa panorámica del valle deberemos desviarnos hacia los pueblos de Berroeta, Aniz y Ziga para llegar al mirador del Baztan. La siguiente localidad es Irurita donde podremos admirar la torre Dorrea, del siglo XV y varias casas palacianas. Poco después llegaremos a Elizondo, capital del valle, que se extiende a ambos lados del río Baztan. En esta villa abundan las casas señoriales y palaciegas como el palacio barroco de Arizkumemea y el Ayuntamiento. En Elbete destaca su iglesia rojiza y blanca y dos bellos palacios barrocos del siglo XVII. La torre medieval de Bergara marca el desvío hacia Arizcun y Bozate donde podremos visitar la Casa Exposición Santxotena-Gorrienea con muestras artísticas y tradicionales del valle.
Siguiendo la carretera hacia el norte y en lo más alto del puerto de Otsondo llegamos a Urdazubi/Urdax famoso por el monasterio de San Salvador y las cuevas de Urdax. También en Zugarramurdi existe una cueva famosa por ser escenario de akelarres que dieron lugar a un proceso de la Inquisición contra las brujas que allí se reunían. Donde el río Baztan cambia su nombre por el de Bidasoa, comienza el parque natural de Bertiz, zona de montaña de unas 2.000 ha de bosque de hayas y robles principalmente, que cuenta con numerosos atractivos para el visitante. Un antiguo carretil de 11 km. recorre parte del parque y asciende hasta el palacete de Aitzkolegi, permitiendo al visitante descubrir su riqueza animal, vegetal y paisajística. Alrededor de este palacete y del Centro de Interpretación de la naturaleza del caserío de Tenientetxea, se extiende un jardín arbóreo con más de 120 especies de árboles y arbustos de gran valor botánico.
Para iniciar nuestro recorrido a orillas del
Bidasoa podemos partir de la localidad de Oieregui donde es
interesante visitar el puente medieval y el palacio dieciochesco
de Reparacea. Narbarte destaca por sus notables edificios de
piedra y por alguna casa palaciana. La carretera sigue las curvas
que le marca el Bidasoa atravesando bellas poblaciones como
Donztebe y Sunbilla. Continuando nuestro recorrido hacia el norte
nos adentramos en la comarca de las Cinco Villas, a cual más
hermosa. Arantza se sitúa al fondo del valle del río Latsa, en
una cubeta bajo la cima del Mendaur, e Igantzi en otra, entre
Arantza y Lesaka. Etxalar y Lesaka destacan por la belleza de sus
conjuntos arquitectónicos que se adaptan totalmente al
espectacular medio natural que les rodea. La última localidad de
las Cinco Villas es Bera/Vera de Bidasoa asentada en el espacio
abierto por la confluencia de la regata Zia con el Bidasoa. Aquí
se puede recorrer el barrio de Altzate, visitar la casa de los
Baroja y su ayuntamiento de estilo barroco. Otra comarca que no
podemos dejar de visitar en esta parte atlántica de los Pirineos
es la conocida como Malerreka que, partiendo de Doneztebe, nos
lleva a conocer rincones de extraordinaria belleza. Encontramos
poblaciones como Donamaría, Oitz y Urrotz que albergan bonitos
caseríos, iglesias y torres. Los embalses de Leurza, construidos
en 1920 en medio de un bosque de hayas son hoy un espacio natural
recreativo que cuenta con merenderos, paseos señalizados y una
rica fauna y flora. También merece la pena contemplar las
hermosas panorámicas del valle que ofrecen miradores como el del
Alto de Ezkurra o el del repetidor de Beintza-Labaien. Esta amplia
oferta natural y cultural se complementa con un sin fin de
actividades deportivas que te permitirán disfrutar de toda la
comarca de una forma activa y en pleno contacto con la naturaleza.
Paseos a caballo, senderismo, rafting, puenting, descenso de
cañones, recorridos en quads o vuelo en ultraligero son algunas
de las actividades que aquí podrás realizar haciendo de tu
visita a los Pirineos Atlánticos de Navarra una aventura sin
límites. En relación a la gastronomía de la zona destacamos las
alubias rojas, las carnes de vacuno y productos derivados de la
caza así como las setas que acompañan casi todos los platos.
Famosas son las palomeras de Etxalar y los platos típicos de
cordero como el zikiro y el txuri ta beltz. Sus habitantes,
amables y hospitalarios con el visitante, han sabido apreciar la
importancia que tiene para un pueblo el saber conservar sus
tradiciones y esto se refleja en cada rincón de la comarca.
Destacan festejos como el Zanpantzar de Ituren y Zubieta, los
carnavales de numerosas localidades que están cargados de
simbolismo así como las palomeras de Etxalar o las fiestas de
Lesaka. Sin duda este rincón de la cordillera pirenáica ofrece a
quien la visita un sin fin de atractivos y de servicios que harán
su estancia de lo más agradable: restaurantes, casas de turismo
rural, empresas que organizan actividades deportivas, hoteles y un
largo etc. de posibilidades para no olvidar su paso por estas
hermosas tierras.