Bellísima palabra que como corresponde a
cualquier "algia", se ha generado en la medicina. Es de
hechura muy moderna, así que no la encontramos tal y cual en los
diccionarios griegos, sino sus elementos por separado: el término -algia
es de dominio común; procede de la palabra griega algoV
(álgos)= dolor,
tristeza y nostoV (nóstos)
es la acción de llegar a un país; tiene también un
significado relacionado con las fuentes de alimentación: es el
camino, la salida (para ir a buscar la fuente de nutrición); es también
la imagen de una divinidad que se colocaba detrás de las ruedas de
molino para protegerlas). Al mismo plano de significación corresponde
el adjetivo nostimoV (nóstimos),
que por una parte designa a la persona que puede volver, o al lugar
del que se puede volver, a todo aquello que afecta al retorno, el día
del retorno; y por otra significa provechoso, productivo, fértil, útil,
agradable al gusto. En la misma línea de significado está el verbo nostow
(nostóo), que
significa sazonar, condimentar, dar sabor, dar gracia. Al campo semántico
de volver pertenece el verbo nostew (nostéo):
volver a la patria, alojarse en casa de alguien de vuelta a la patria.
Los griegos sabían muy bien lo que era la nostalgia, aunque no
hubiesen dado con la palabra. Los soldados en campaña lejos de su
patria, experimentaban en sus carnes el dolor por la lejanía. Ulises
es el primer nostálgico de la historia, es decir el primero
registrado en ella. Su Odisea es precisamente el empeño por volver a
su amada patria para reencontrarse con Penélope y Telémaco. Es no sólo
el primer nostálgico, sino también el paradigma de la nostalgia: una
dolencia que todos los viajeros han mirado con respeto. Es digno de
notarse que forma parte de la misma raíz de la nostalgia algo tan
primario como la alimentación, sublimado en la capacidad de saborear
las cosas que conforman el entorno de cada uno. El nostálgico no echa
en falta solamente la visión de su tierra y de los suyos. La ausencia
que más hondo tiene clavada en el alma es la de los olores y los
sabores, porque esos son, más que la vista, los que configuran el anemoV
(ánemos), el aire
que se respira, es decir el ánimo. El sol, la lluvia, los vientos,
las estaciones, le arrancan a la tierra tal diversidad de olores y
sabores irrepetibles... Y duele vivir fuera del espíritu que nos
anima.
Los diccionarios la definen como Dolencia
ocasionada por la pena de verse alejado de la patria, de la familia y
de los amigos. || Deseo vehemente de una cosa que ya no existe,
o que no está al alcance de uno. Se inventó el nombre para
asignarle la responsabilidad de que un buen número de enfermedades
que sufrían fuera de su país o de su patria chica los soldados, las
criadas, etc., fueran incurables. La profundización en el estudio de
estas enfermedades (las fiebres tifoideas y la tuberculosis con mayor
frecuencia) demostró que seguían su curso con independencia de los
estados anímicos del paciente. Se pensó en señalar a la nostalgia
como causante o concomitante de ciertas enfermedades nerviosas y
mentales caracterizadas por la fijación de ideas y la obsesión. Al
igual que las demás enfermedades psíquicas (enfermedades del alma)
ataca en todas las edades, aunque la asociamos más bien a la vejez,
casi siempre nostálgica del pasado. En general, la nostalgia va
acompañada de cuadros depresivos. No hay duda de que estos cuadros
bajan las defensas y abren la puerta a las enfermedades. La nostalgia
de tierras y gentes tiene remedio; la que no se cura es la nostalgia
por el tiempo pasado.