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ENCEFALOPATÍA

Kejalh, kejalhV (kefalé, kefalés) es la primera palabra con que se tropieza el que estudia griego. Es uno de los paradigmas de la primera declinación. Es la cabeza. Por el vicio cultísimo de supeditar la fonética a la grafía, y no a la inversa, la traslación a nuestra lengua ha quedado en cefal-. El ejemplo más conspicuo de aplicación de esta palabra a nuestro léxico culto lo tenemos en los cefalópodos, esos animales que sólo tienen cabeza y pies, o que tienen los pies en la cabeza (por cierto, una palabra muy bien hallada; los griegos no pensaron en ella). Los griegos usaron esta palabra con la misma amplitud de significados que nosotros. Ya desde la Ilíada encontramos la expresión "de pies a cabeza": eV podaV ek kejalhV (es pódas ek kefalés); usaron el concepto per cápita en la forma katakejalhn (katákefalén). Con el prefijo en (en), asimilado a eg (eg) por razones ortográficas (por tanto se sigue pronunciando "en"), formó los términos egkejaloV (enkéfalos) y egkejalithV (enkefalítes; que por el itacismo del griego moderno se lee hoy "enkefalítis). El primero nace como adjetivo, y denomina todo aquello que está dentro de la cabeza. EgkejaloV mueloV (enkéfalos myelós) era el tuétano de la cabeza, es decir el cerebro. Luego se utilizó egkejaloV (enkéfalos) como sustantivo, y ya con el valor de cerebro: DioV egkejaloV (Diós enkéfalos) = el cerebro de Zeus. EgkejalithV (enkefalítes) es un adjetivo que significa cerebral, propio del cerebro. Sobre esta última palabra, ver en la web (lunes, 25-9-00).

Al adoptar este término en la anatomía, de hecho se le asignó el mismo valor que venían dándole los griegos, es decir que denomina la totalidad de lo que contiene la cavidad craneal, sin distinguir nada. Luego se distinguieron dentro de esa totalidad el cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral, formado a su vez por pedúnculos cerebrales, protuberancia anular y bulbo raquídeo, que se une con la medula espinal; todo ello envuelto y protegido por las meninges. Para los griegos fue suficiente el nombre de encéfalo (= lo de dentro de la cabeza = todo), puesto que no distinguían sus partes; luego, al distinguirlas, fue preciso especializar términos para denominar cada una de las partes. De todos modos cuando decimos cerebro en lenguaje coloquial no nos referimos sólo a la parte superior del encéfalo, sino igual que los griegos, a la totalidad de la masa craneal. En cuanto a las encefalopatías, los griegos pensaron en ellas, claro está, pero no les dieron ese nombre, sino que sin distinguir continente y contenido (de nuevo el lenguaje coloquial está en la misma línea) los llamaron simplemente "dolores de cabeza" (la desinencia -algia (alguía) la empleaban también ellos para designar dolencias además de dolores). Así pensaron en la kejalalgia (kefalalguía), el genérico para dolores y dolencias de cabeza, como adjetivos simples, kejalalghV y kejalalgoV (kefalalgués y kefalalgós) = el que tiene mal de cabeza, o aquello que lo produce; como adjetivo derivado de éstos kejalalgikoV, que transcribiríamos como cefalálgico. Y finalmente el verbo kejalalgew (kefalalguéo), con el significado de "tener mal de cabeza". De ahí proceden nuestras encefalopatías. Las "vacas locas" vengan en nosotros las suyas. Más fácil nos será salvarnos juntos con ellas que intentar salvarnos nosotros solos, dejándolas a ellas en la estacada.

Mariano Arnal