CÉLULA
Los romanos asignaron ya este nombre a la
celdilla de la abeja. Si quisiéramos por tanto traducir literalmente
la palabra latina cél.lula, esa sería su traducción:
celdilla, que es el nombre específico de cada una de las casillas
hexagonales de que está construido un panal de abejas, abispas, etc.
La construcción es de cera. Por analogía a la de las abejas, se
llama también celdilla a la celda y a la cavidad pequeñas. Para los
romanos cél.lula era un simple diminutivo de cel.la,
como celdilla lo es de celda. Pero así como nosotros hemos asignado
celdilla exclusivamente para la construcción de las abejas, y si
aplicamos este nombre a otras celdas pequeñas es por analogía; en el
caso de cél.lula no ocurre otro tanto: los romanos usaban este
diminutivo para denominar cualquier celda o recinto pequeño,
especialmente para animales. Pero hay que retroceder a la cel.la para
captar el significado genuino de célula. La cel.la, de
la que deriva la palabra celda no es en latín ni primaria ni
estrictamente una celda, sino una despensa. Posteriormente se
extenderá el significado de esta palabra a otros lugares que se
habilitan para habitación, sin ser esa su función original. Hemos de
quedarnos, pues, con el significado de despensa (que derivará en
catalán y otras lenguas al celler y al cellero, que en
español acabará en silo). Ya en 1667 R. Hooke, que andaba tras el
desarrollo del microscopio, descubrió en un corte finísimo de
corcho, una estructura parecidísima a la del panal de miel, y llamó células
a las deldillas que formaban. La geometría era la misma. Pero
esas celdillas vacías y secas no significan aún nada. Es cuando se
examinan en vivo y se descubre en ellas lo que luego se llamará el
protoplasma, cuando por fin se asienta el concepto de célula
como despensa bien provista; hasta llegar a la conclusión de que la
sustancia de la célula no son las paredes de la despensa, (que pueden
faltar), sino su contenido. Fue a principios del siglo XX cuando
finalmente se consolidó la teoría celular, gracias al microscopio:
en ese momento quedó completa la visión de la célula en relación
con su nombre. Por fin tenían a la vista el prototipo completo de la
célula: una pequeña despensa provista de reservas vitales, muy
parecida a una celdilla de panal de abejas, tanto por su forma como
por su función. Desde que se tuvo la primera intuición de la
estructura celular de la materia viva hasta hoy, la definición ha ido
variando. Se ha hecho ya tan complicada la definición de célula a
partir de su constitución, que se ha preferido definirla como Unidad
estructural fisiológica y genética de los seres vivos, dotada de
vida propia, pasando por alto su forma y naturaleza. Antes se había
definido como Porción de protoplasma que encierra en su interior
un corpúsculo peculiar y esencial llamado núcleo. En ninguna de
las dos está ya la celdilla que dio origen al nombre.
Donde sí en cambio está presente el nombre
con todo su significado es en la celulosa. Es por supuesto un
derivado de célula, que se asignó a una materia que
presentaba en la forma más pura que se da en la naturaleza la
celdilla sin protoplasma, es decir la construcción sin nada dentro.
Se trata de la pelusilla de la semilla del algodón (de enorme interés
industrial). En general se llama celulosa a toda materia vegetal
desprovista de protoplasma. Y el celuloide, otro derivado de célula,
se llama así porque se obtiene de la nitrocelulosa. Por su composición,
esta palabra tendría que significar "de aspecto celular" o
de celdillas, pero parece que el nombre se refiere tan sólo a su
origen.