MI FARMACIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA

  " Debes aprender a leer las runas y comprender su significado si no quieres  que un guerrero gris te inflija  la herida atormentadora"

                                                 (Edda de la piedra de Hanning).

    Procurar estados alterados de conciencia ha sido, desde los tiempos prehistóricos, un asunto serio, peligroso, que no solo exige cautela sino también un nivel de conocimientos específicos y un entrenamiento eficaz. Los arios no distribuían el soma sagrado a los jóvenes reclutas ni tampoco a los soldados veteranos. Solamente aquellos que habían alcanzado una condición sacerdotal (que al paso de los siglos iba a constituir la casta de los brahmanes) podían ingerir aquel brebaje misterioso. Y aún así, lo hacían en ocasiones especiales y siguiendo un ritual estricto.
    Lo mismo a ocurrido con los chamanes esteparios y con todas las castas y fraternidades iniciáticas que recurrieron a plantas psicotrópicas para sus exploraciones en el misterio.

Los opiáceos: Entre ellos están el opio, la heroína, la morfina, el pantopon, el eukodol, el demerol, la metadona.
    Ya sea fumado, inhalado, inyectado, administrado por vía oral o por supositorios, este tipo de drogas siempre causa adicción.
    Durante tres meses de uso se experimentan temblores de manos, pérdida progresiva de la coordinación, contracciones musculares, obsesiones paranoídeas y temor de estar loco.
    En general, los opiáceos producen una acción analgésica. El organismo entero se adapta como puede al ciclo de estas sustancias, deja de sentirse el dolor y el placer, quien los consume no se aburre nunca pues se encuentra estupefacto, fuera de cualquier interés y puede pasarse horas enteras mirando el techo. El individuo no necesita contactos sociales ni sexuales, ni trabajo, ni diversión ni ejercicios; existe en un estado sin tiempo, sin dolor y sin sexo.
    Se debe tener presente que la morfina y el alcohol son incompatibles, si hay consumo de ambas se experimentan sensaciones desagradables.

La cocaína: Probablemente la tremenda fascinación de esta droga está en la energía que parece desatar, ya que activa directamente las conexiones del placer del cerebro. Es la más exultante y orgiástica de las drogas. Su acción plena se obtiene por vía intravenosa.
    Aunque la ansiedad por la cocaína pude ser muy intensa, no provoca adicción física.
    Su uso continuado lleva a nerviosismo, depresión y a veces a estados psicóticos con alucinaciones paranoídeas.

Hashís, marihuana (cannabis sativa): Producen perturbación de la percepción espacio-tiempo, desorden en las ideas, risas sin sentido, pereza, sensibilidad aguda  a las impresiones.
    El aumento de la sensibilidad puede no ser agradable, depende del estado psíquico de quien la usa; suele empeorar las malas situaciones y convertir en pánico un estado de ansiedad o en desesperación una depresión. A veces también una leve hostilidad puede percibirse como una verdadera agresión.
    Otra particularidad de la intoxicación con cannabis es que a menudo la persona no sabe si algo le gusta o no, si una sensación es agradable o desagradable.
    No forma hábito ni produce efectos perniciosos cuando se usa en forma moderada.

Los barbitúricos: Si se toman en cantidades elevadas son definitivamente adictivos.
    Bajo los efectos de los barbitúricos no se coordinan los movimientos del cuerpo (se tropieza, se cae, se queda dormido en mitad de una frase, etc). La persona se vuelve agresiva, confusa y estúpida, y siempre usa cualquier otra droga que pueda encontrar.

Benzedrina: Esta droga, al igual que la cocaína, es un estimulante cerebral que produce una sensación de exceso de energía física. En dosis elevadas produce sueño y sensaciones exultantes. Sin embargo, el estado de euforia es seguido por una de profunda depresión.
    La adicción se produce muy rápidamente en la medida en que se desarrolla la tolerancia metabólica.

Peyote o mescalina: Es una droga estimulante. La ingestión del cactus produce fuertes náuseas; no obstante, una vez que se consigue retener el preparado de cactus suficiente tiempo para que el efecto se manifieste, se produce un estado de notable lucidez y alteraciones de la percepción.
    Aumenta la sensibilidad a las impresiones en forma similar al efecto de la cannabis, especialmente en relación a los colores. Puede incluso producirse un tipo de percepciones de identificación con la planta, de modo que todas las cosas parecen adquirir un aspecto relacionado con las características del cactus. Los indígenas que usaban esta planta en sus rituales, creían que había un espíritu en ella el cual se llamaba Mescalito.
    Esta droga no produce adicción.

Harmalina (banisteria caapi): La bannisteria caapi es una enredadera silvestre, de crecimiento rápido, un bejuco que se produce profusamente en las selvas Amazónicas. Allí los indígenas la conocen con los nombres de Yaghé y Ayahuasca.
    Produce un estado de profunda confusión de los sentidos, percepciones erráticas y alucinaciones. Los indios, sus curanderos, utilizan la ayahuasca para tratar diversas enfermedades, también como anestésico para los ritos de iniciación.
    Es utilizada para predecir el futuro, para descubrir objetos perdidos o robados, identificar criminales y para diagnosticar enfermedades y prescribir tratamientos con hierbas. Se la conoce a esta droga con el nombre de telepatina.
    Quienes la utilizan en forma continua desarrollan pronto un grado de tolerancia a la infusión, la cual inicialmente provoca vómitos a poco de su ingestión, así como otros efectos desagradables.
    No produce adicción.

Nuez moscada: Una cucharada de nuez moscada ingerida con agua produce efectos similares a los de la marihuana aunque acompañados de náuseas y dolor de cabeza. Se ignora si pude ser adictivo ya que, en caso de serlo, la muerte llegará probablemente mucho antes que la adicción.
    Entre los indígenas de América del Sur se utilizan a veces otras plantas de la familia de la nuez moscada. Los curanderos o doctores brujos secan las semillas y otras partes de la planta, la pulverizan e inhalan la sustancia así obtenida. Esta ingestión produce violentas convulsiones, con ciertos caracteres que recuerdan la epilepsia. De los movimientos espasmódicos que experimenta el curandero resultarán los signos que tendrán interpretación profética para los indígenas.

Datura-escopolamina: Llamada también "Hierba del diablo", "Chamico" y "Trompeta de los ángeles". Una variante de la misma planta es la Floripondio.
    Es usada por los indígenas de México y América del Sur para efectuar rituales de carácter iniciático, particularmente en las fraternidades de hechiceros. Ellos tienen perfectamente claro que se trata de una planta muy peligrosa y la suponen habitada por un espíritu demoniaco de carácter femenino, que tiene la misión de "someter a prueba al guerrero", lo que equivale a verificar si la persona que ingiere la planta sufre de daños psíquicos o fisiológicos irreparables o no.
    Produce graves alteraciones de la percepción y fuertes estados psicóticos cuando se la ingiere en dosis elevadas. Una sobredosis puede resultar fatal. Cuando se la combina con morfina produce envenenamiento.