MI FARMACIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


FARMACIA

Del griego farmakoV (fármacos), que significa medicina y también veneno. Si examinamos todo el campo léxico, nos haremos una idea precisa de cuál es el significado originario, y cuál su evolución.

Existe el verbo farmakaw (farmacáo) que significa: 1ª acepción, "tener el espíritu trastornado por un brevaje envenenado" ; 2ª acepción, "tener el espíritu trastornado" ; 3ª acepción, "tener necesidad de remedios". Si de aquí nos pasamos al farmakeuV (farmakéus), tenemos como primera acepción (la que aparece con mayor frecuencia en los textos) "el que prepara o administra los medicamentos". Como 2ª acepción, "el que compone preparados mágicos" ; y derivadas de ésta, los significados de "envenenador" y "mago, brujo, hechicero", por oposición a iatroV (iatrós), médico. Hay que dejar constancia, aunque aquí parece que no sea relevante, del término farmakeion (farmakeion) que denomina cualquier "sustancia para la tintura". En relación directa con el originario farmakaw tenemos el adjetivo farmakiV ((farmakís), que significa "relacionado con el veneno", "mágico", "brujo" (adj.).

De ahí pasamos al verbo farmakeuw (farmakéuo), que significa en primer lugar "administrar un medicamento, especialmente una purga", y por extensión "purgarse". En segundo lugar significa "administrar veneno, envenenar, hacer morir mediante el veneno". De ahí, en sentido figurado, "corromper". Tercera acepción, "administrar un brevaje mágico". Cuarta acepción, "hacer una operación de magia", y quinta acepción, "hacer cualquier preparado con la ayuda de una droga o de cualquier sustancia". Finalmente llegamos al término farmakon (fármakon), la síntesis de cuyos significados nos da "toda sustancia por medio de la cual se altera la naturaleza de un cuerpo, y toda droga, saludable o perjudicial".

Cuando por fin la farmacia ha dejado ya muy lejos la magia y la brujería con sus buenas y malas artes, llegamos al término mucho más moderno de farmakeutikoV (farmakeutikós), al farmacéutico, que independiente incluso del médico, ha creado una profesión cuya razón de ser es únicamente "preparar o administrar medicamentos". Los venenos han desaparecido ya. Y sin embargo, sigue siendo,y creo que con acierto, el símbolo de la Farmacia, la serpiente enroscada en torno a una copa y vertiendo en ella su veneno. Con acierto, digo, porque no desaparece la naturaleza venenosa de los fármacos, sino que se controla con rigor mediante su administración profesional y responsable. La otra cara de los fármacos no administrados responsablemente, sino consumidos por capricho, son las drogas.

Un recuerdo para la botica y el boticario. Nos queda el botiquín para conservar su memoria.