DIETA
Diaita (díaita)
es la palabra griega de la que hemos obtenido el término dieta,
que para nosotros significa exclusivamente "régimen
alimentario", usado habitualmente en medicina y en
relación con la salud, y extendido luego a todo lo que se
refiere a régimen de alimentación. El significado de la
palabra griega era bastante más extenso. Para ellos la dieta
era la forma de vivir, el conjunto de conductas de todo tipo y
que convergían finalmente en la alimentación. Porque en fin de
cuentas es en torno a las actividades y comportamientos
dirigidos a alimentarse, como se estructura toda conducta. Los
comportamientos necesarios para alimentarnos son la columna
vertebral de todo el conjunto de comportamientos. Por
simplificar: nunca tendrán la misma conducta un herbívoro, un
carnívoro y un parásito. Cada dieta, es decir cada forma de
alimentación determina una forma de vida y todo un sistema de
comportamiento. Si queremos estudiar con visos de realismo la
historia de la conducta humana, hemos de estudiar su sistema de
alimentación. De hecho, en griego tanto da decir forma de
alimentación como forma de vida. La palabra dieta les
sirve para expresar al mismo tiempo las dos cosas.
De la misma manera que hemos
ideado una clasificación de los animales en racionales e
irracionales, colocando únicamente a la especie humana entre
los racionales, y a las demás especies entre los irracionales,
deberíamos establecer en cuanto a régimen de alimentación una
primera línea divisoria, previa a todas las demás: especies endótrofas
y especies exótrofas (o autótrofas y heterótrofas),
colocando en el primer grupo a las que obtienen el alimento
dentro de la propia especie, y en el segundo grupo a las que lo
obtienen de otras especies. Y como no hay valores absolutos,
tendríamos que establecer grados de endotrofia o autotrofia.
Una observación superficial nos informa de que la endotrofia no
es un fenómeno exclusivamente humano. De los mamíferos hacia
abajo, sin que sea totalmente nítida la barrera en que este
régimen de alimentación cesa, la naturaleza ha previsto que
los recién nacidos sean alimentados por sus madres: mediante la
lactancia los primeros, y mediante la aportación directa de
alimentos, generalmente por la madre, las aves y otros. Lo que
tiene de singular este régimen es que los hijos se alimentan o
directamente del cuerpo de la madre (de forma placentera
mientras a éstos no les nazcan los dientes), o gracias al
trabajo de ésta; es decir que en uno y otro caso viven a costa
de la madre; y para que no pueda fallar el sistema, la
naturaleza se ha ocupado de que sea placentera esta actividad de
las madres.
Hasta ahí todo es natural.
Pero la cosa se tuerce cuando el hombre prolonga a toda la vida
el régimen de endotrofia;cuando decide que en vez de someterse
al natural régimen de desgaste vegetativo en beneficio de las
especies que por ley natural se alimentan de la especie humana,
será ella misma la que se aproveche de los excedentes,
ocupándose ella misma de ejecutar su propio desgaste. Esto
obliga a una división de la especie entre los que comen y los
que son comidos.
Mariano Arnal
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