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Identificada con Diana, la diosa femenina de la luz. La mujer, la casa, la familia.Medicina

ARTÍCULOS Y ARTICULACIONES

A todo hablante occidental, la palabra artículo y sus derivados le sitúan en el accidente gramatical, por ser ese el artículo en el que ha centrado su atención. De ahí que cuando se habla de articulaciones o de estructuras articuladas, lo normal es que se pregunte dónde está el artículo en todo eso. El fallo está en la gramática, no en las otras disciplinas. Es que no es precisamente la gramática un dechado de calidad denominadora. La primera división de los elementos del lenguaje fue la de nombre y verbo; fuera de esto, los gramáticos vieron en un principio un magma confuso de piezas auxiliares y complementarias, que les dio por llamarlas "articuladoras" del nombre y del verbo entre sí, aunque en realidad no ejercían esa función. Es lo que cuando uno se pierde en el análisis le da por llamar "partículas"; un cajón de sastre para elementos incontrolados. Por ahí anduvieron Platón y Aristóteles. Este último consideraba los posesivos como artículos. En realidad se trata de la tendencia a denominar artículos a todos los determinantes. Hasta ahí, bien. Pero es que a las preposiciones incluso, y a algunos verbos de enlace (los puestos entre paréntesis en medio de la frase; p. ej. "dijo", "preguntó", etc.) los llamaba artículos. Se trata en efecto de una palabra que ha dado mucho de sí, llegando hasta la categoría de sinónimo de cosa: artículos de pesca, artículos de alimentación... Cuesta dar el salto del artículo a la articulación, puesto que buena parte de los artículos ni articulan, ni están articulados; pero ahí hemos de ir a parar para entender las articulaciones en la anatomía y luego en la medicina. Es que en origen articulaciones (forma substantivada activa del verbo articular) son elementos que articulan o sirven para articular. Y el significado de este verbo lo entendemos muy bien en la mecánica y en la anatomía: un brazo articulado, sea vivo o de acero, es aquel que tiene puntos por los que puede doblarse; por lo que aunque constituya una estructura única, está formada por partes no soldadas, sino articuladas entre sí. Todos entendemos también claramente lo que es un tren articulado. A partir de ahí, vuelve uno al artículo gramatical, y constata que no es un articulador en absoluto; que mucho más lo es la preposición, que es un nexo de unión entre el verbo y su complemento, determinando el modo de conexión. Y más articulador es el verbo copulativo (copular significa acoplar, unir), que acopla de una forma determinada el nombre con su atributo. Mejor les hubiese cuadrado a estas dos piezas el nombre de artículo, porque realmente articulan; el artículo, en cambio, a malas penas se articula a sí mismo con el nombre. Pasando pues del artículo, vamos a las articulaciones de nuestro cuerpo. Basta compararnos con cualquier mecanismo articulado, para entender lo vitales que son nuestras articulaciones, y la forma decisiva en que influyen en el estado general del organismo. Si las bielas, el cigüeñal y demás piezas articuladas entre sí para transmitir el movimiento a las ruedas no están correctamente lubricadas, se desencadenan una serie de enfermedades que deteriorarán cada vez más el funcionamiento del coche, hasta que lo dejen clavado. Otro tanto le ocurre a nuestro organismo cuando sufre alteraciones en la lubricación (la mayoría de artritis son debidas a problemas de lubricación). Por eso aparecen con tanta frecuencia las artritis en las mujeres, al cambiarles el régimen general de lubricación.

EL ALMANAQUE explora hoy el término artritis, deteniéndose de momento en su estructura léxica.