MIGRACIÓN
La hemos heredado de los romanos reduciendo
sus aplicaciones metafóricas. En latín significa cambiar de residencia, ir de un sitio a
otro, irse. Migratum est Romam (se trasladaron a vivir a Roma),migrare suis
fínibus (emigrar fuera de sus fronteras) ex urbe rus habitatum migrare
(emigrar de la ciudad para ir a vivir al campo) son ejemplos del valor que coincide casi
del todo con nuestro concepto de emigración. "Esto son palabras mayores",
decimos ante la palabra emigración. Porque la usamos exclusivamente cuando implica un
cambio radical de vida. En cambio los romanos la usaban con valores más tenues: Migrare
ad génerum (emigrar a -casa del- yerno), ad alium matrimonium migrare (emigrar
a otro matrimonio = volver a casarse), migrare in colorem marmóreum (emigrar al
color del mármol). Se usa también con otras construcciones: jura migrare (=
emigrar de los derechos, alterar los derechos, transgredirlos); cassita nidum migravit (la
alondra cambió de lugar su nido); omne migrat (todo es cambiante, todo pasa; es de
Lucrecio, calcado del panta rei / pánta réi = todo fluye, de Heráclito); migrare
ex hac vita (emigrar de esta vida = morir).
Derivados de migrare (la forma simple no tiene carta de
naturaleza en español) son emigrar, inmigrar y transmigrar con sus respectivos derivados,
más el adjetivo migratorio. Las tres formas verbales se originaron en latín. La
diferencia entre in- y e- es la misma, pero al no haberse planteado en Roma
el problema de la migración en los términos en que nosotros la tenemos, tampoco lo
definieron pensando en emigrantes e inmigrantes. Sencillamente cuando conquistaban una
ciudad o un territorio se adjudicaban como esclavos a los vencidos que les convenían, y
los llevaban a los mercados. Hubiera faltado que además se tuvieran que preocupar de los
problemas que la emigración iba a producirles. Al resto los dejaban tirados, sin
recursos. Muchos emigraban a las ciudades, donde había más posibilidades de
supervivencia, y engrosaban el número de los plebeyos y los clientes. Les pilló el toro
a los romanos, porque con todo su pesar tuvieron que acabar compartiendo el poder
político con aquellos a cuyos padres o abuelos habían vencido.
Después de los grandes desplazamientos de pueblos que movieron
los romanos, vinieron las sucesivas oleadas de los bárbaros (la gran muralla china había
cerrado el paso hacia el Este), luego los grandes desplazamientos de los árabes, hasta
llegar a la mayor de todas las migraciones europeas hacia el continente americano recién
descubierto. Las sucesivas migraciones cambiaron no sólo la estructura demográfica del
mundo, sino también las ideas. Los últimos desplazamientos de grandes masas de
población se produjeron en la segunda guerra mundial. El objetivo de Hitler era cambiarle
la cara a una Europa regida por el Reich en el contexto de su ideología nazi. Los grandes
movimientos migratorios en que hoy estamos inmersos, que atraen millones de trabajadores
con sus familias a la Unión Europea, posiblemente serán tan imparables como lo fueron
las invasiones de los bárbaros o la emigración a América. No habrá ley que los
detenga.
Mariano Arnal
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