FILOGÉNESIS
Se trata de una concepción biológica del universo, ideada por
Haeckel (1834-1919, un filósofo poeta animista-panteísta), según la cual las especies
tienen un desarrollo biológico comparable al de cualquier viviente individual. Y como
todo poeta que se precie, fue un creador de nuevos nombres. Para denominar esta dualidad
paralela forjó el par ontogénesis-filogénesis, en el que el primer
elemento da cuenta del nacimiento y desarrollo del individuo, y el segundo da cuenta del
nacimiento y desarrollo de la especie a la que éste pertenece. Y he ahí el poder
poético-creativo de la visión de Haechel: ambos nacimientos y desarrollos son paralelos,
el uno réplica del otro. Fue una intuición genial, que nunca se demostró, pero que ha
sido utilizada luego por muchísimos como potente herramienta de trabajo. La
denominación, cual corresponde a un buen filósofo-poeta naturalista, fue muy acertada.
Ella por sí misma tiene fuerza de tesis.
Para los gruegos el julon (fýlon) es en primer lugar la raza, la tribu; y cuando se crean los conceptos de
género y especie, sirve también para denominarlos. Kata jula (katá fýla) = por tribus; jula Pelasgwn (fýla Pelasgón) = la raza de los Pelasgos; julon qewn, anqrwpwn,
gunaikwn, ornewn (fílon zeón, anzrópon, gynaikón
ornéon), la raza (el género, la especie, la clase) de los
dioses, de los hombres, de las mujeres, de los pájaros. Pero éste es un término ya
evolucionado: es, en efecto, la forma abstracta, en neutro, de julh (fylé),
que es la tribu, el grupo de familias de una misma raza, la parte de un pueblo formada por
un determinado número de fratrias. En política la julh (fylé) comprendía
un cierto número de dhmoi
(démoi)= demos, pueblos: tres en Roma, de donde tribu,
tribuno, tribunal, y también en Esparta; cuatro en Atenas (luego doce); doce entre los
persas y los israelitas... Esta agrupación se reproducía en la formación de los
ejércitos, de modo que significó también cuerpo de tropa (formado por tantas unidades
como tribus), batallón. Pero hemos de llegar al final del julon (fýlon), que es el verbo juw (fýo), que significa en primera instancia impulsar, empujar en orden al
crecimiento (oi juonteV /
oi fýontes son los padres, los que engendran; ta juomena ek thV ghV ta fyómena ek tes gues = lo que nace
o empuja de la tierra), y de ahí engendrar, parir, plantar... en sus formas activa y
pasiva; sustantivado en la jusiV (fýsis), que es la naturaleza, la forma en que uno ha sido hecho o
ha nacido, y finalmente la física. Un auténtico filón.
En cuanto al segundo elemento del par, onto (ónto), se trata de la sustantivación del verbo ser (eimi / eimí) a partir del genitivo del
participio presente (wn, ontoV / ón, óntos).
Lo usaban los griegos junto a la sustantivación de zow (tzóo) = vivir: oi zwnteV kai onteV (hoy tzóntes kai óntes) eran
literalmente los que vivían y estaban, en oposición a los muertos. Este término tuvo un
especial atractivo para los filósofos, que construyeron sobre él la ontología. Su
significado como viviente individual, como ser vivo, está bastante bien traído. Así se
entiende bien que la ontogénesis sea la evolución biológica del individuo (dedicaré
artículo aparte al término génesis), mientras la filogénesis es el nacimiento y
desarrollo (también biológico, es decir como si de una unidad de vida se tratara), de la
especie.
Mariano Arnal
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