VIRGINIDAD
La virginidad fue durante siglos el más eficaz anticonceptivo y por tanto la principal
barrera contra la explosión demográfica. Esa fue quizá la razón última de su gran
prestigio social y religioso. Tomando como referente el ejemplo de "la reina
virgen", hemos de volver a jerarquizar los valores de la virginidad: su mayor valor,
el que era decisivo para que funcionase como institución, no era la conducta sexual, sino
la soltería y por tanto la renuncia a tener descendientes. Ni las relaciones sexuales, ni
siquiera el hecho de tener hijos, desvirtuaban la principal virtud y la razón de ser de
la virginidad, que era ante todo y sobre todo la renuncia a tener descendientes. Y eso era
importante allí donde había herencias que pudieran originar conflictos. Por eso los
monasterios estaban poblados por nobles. Y en éstos, igual que fuera de ellos, se
repetía la división entre nobles y siervos. Los unos ejercían de señores, y los otros
estaban a su servicio y el del monasterio. Como diría Kant, el hecho religioso fue el
"fenómeno" (jainomenon / fainomenon),
lo aparente; pero lo sustancial, la razón de ser, el "noúmenon" la nouV (nus), el alma del asunto era el
problema sucesorio. Por eso sería clarificador examinar los monasterios (y demás
investiduras) como señoríos electivos (no transmisibles hereditariamente por tanto)
frente a los señoríos hereditarios. La religión aportó los elementos estructurales y
conductuales para que esta solución fuera viable. Enmarcado sucintamente el tema, paso a
la exploración léxica.
El concepto anatómico-fisiológico-religioso de virginidad, está superpuesto al
cronológico-civil. En la Edad Media tenían claro que a la mujer le correspondía la
denominación de doncella desde los doce años hasta que se casaba. Y llamaban doncellez
al estado en que siendo físicamente maduras para mantener relaciones sexuales, se
abstenían de ellas. Doncella procede del bajo latín domicella, dimin. Del latín dómina,
que significa señora. Es decir que el significado de doncella es exactamente el mismo
que el que tuvo "señorita" en sus mejores tiempos: era la moza que habiendo
llegado a la edad núbil, no se ha casado todavía. Desde el mismo día en que se casa,
pasa a llamarse "señora". Hay que observar que se ha mantenido la denominación
de doncella para la servidora doméstica porque este oficio implicaba la doncellez (es
decir el no estar casada), se tuviese la edad que se tuviese. Pues bien, tanto los nombres
de virgo, vírginis, como el de parqenoV (parzénos) que traducimos invariablemente como "virgen"
tienen exactamente el mismo significado de estado civil que doncella y señorita. Virgo
procede de vireo, que a su vez procede de vis. Es la hipótesis más
general. Semper virens llamaban los romanos a las plantas siempre verdes; virens
puella era la jovencita en la flor de la edad; vírgines rapi iussit=mandó
raptar a las jóvenes (sabinas); virgo senecta = vieja soltera; vírgines carnes
= carnes (de animales) jóvenes. Y lo mismo que virgo, parqenoV (parzénos): significa igualmente
joven no casada. Y es a partir de aquí que se desarrollan por extensión los significados
relacionados con lo que entendemos por virginidad (sin que fuesen nunca éstos los
dominantes), término que al ser monopolizado por la religión adquirió una dimensión
distinta.
Mariano Arnal
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