AMOR 2

Desde el punto de vista etimológico, poco hay que decir de esta palabra concreta. Se la inventaron los romanos (la única variación es de acento; para ellos era llana) y la hemos mantenido invariable. Por si acaso, he consultado el diccionario griego, a ver si existía en esta lengua el lexema amor, y consigno, a título de curiosidad solamente, que sí existe un grupo léxico que empieza en amora (amóra), con el significado de "pastel de miel", y continúa con siete palabras más del grupo amorboV - amorbeuV - amorbeuw (amorbós - amorbéus - amorbéuo) en el que están los significados de "pastor", "conducir", "acompañar", "hacer seguir". Lo que está claro es que tiene una notable apariencia de palabra compuesta cuyo primer elemento es (amor / amor), de cuyo significado no podemos dar cuenta por no tener más campo léxico, y cuyo segundo elemento parece sacado del polimorfo verbo bainw (báino), que significa "ir" y que parece aportar a la palabra una parte de su significado. Dejo aquí la digresión renunciando de momento a sacarle punta.

Dicho esto, nos pasamos al latín, donde además del valor genérico de la palabra amor, aplicable a casi todo, tenemos los valores que luego se desarrollaron en nuestra lengua. Para Cicerón amare a una persona es querer para ella los mayores bienes, aunque no repercutan en beneficio de quien ama. A partir de ahí nacen las bellas expresiones: magis te quam oculos meos amo = te amo más que a mis ojos; amare perdite = amar perdidamente; medullitus amare = amar hasta la medula; amore deperit = muere de amor; Medea, animo aegra, amore saevo saucia... = Medea, con el corazón enfermo, herida por un cruel amor...; in amore atque in voluptatibus adulescentiam conlocare = dedicar la adolescencia a los amores y a los placeres. La palabra amante, obtenida del participio presente de amar, no la tenían los romanos. Tenían amator con el significado de amante, enamorado. Blandus amator = tierno amante; el femenino, amatrix; amatorium medicamentum = brebaje amoroso. Y de aquí nos pasamos igual que en griego (jiloV - jilia (fílos - filía) al amicus y especialmente a la amica. Curiosamente hoy el uso ha impuesto la diferencia entre "amigos" y "novios". Se usa este segundo término para referirse a relaciones estables, y el primero sirve tanto para denominar la amistad como la relación amorosa pasajera. Los romanos con la palabra amica se referían a la amiga, por supuesto, pero también a la amante o a la concubina. En diminutivo (amícula = amiguita) significaba ya inequívocamente "amiguita" con el mismo sentido que en español, "querida", "amante". Es de notar que estas connotaciones sexuales de la amistad valen sólo para el femenino. En masculino no se registran los mismos significados. Señal evidente de la estructura social de la que partían estas denominaciones y de la clara diferenciación de papeles entre el hombre y la mujer. Existía, igual que en Grecia, el hetairismo y era a este papel al que se destinaban estas denominaciones. Aparte del grupo léxico relacionado con "amor" hay que recorrer los demás lexemas con que se denominaban y se denominan tanto el sexo como el amor. Será interesante repasar en especial el léxico griego, que hemos trasplantado a nuestros cultismos, bien raros algunos de ellos.

Mariano Arnal

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